jueves, 9 de noviembre de 2017

Un Sainte Marthe llamado Prometeo II, quinta parte

Por Manu Iglesias

Después del parón de Enrique por culpa del gripazo. Se reiniciaban los trabajos pensando en que muy pronto recibiría los nuevos paneles y el vacío sería sustituido por un espacio ya ordenado, dejando perfilados todos los detalles. 

 El excelente resultado del arquillo que soporta las nuevas placas solares, nos llenaba de ilusión. Por fin empezamos a construir, ya visualizamos algunos avances y son perfectos. Funcionales y coherentes con el diseño y los materiales del barco. Los tubos son los especificados y de la misma partida que los usados para elaborar los balcones de maniobra de la Volvo - 

 Nada hacía sospechar que nos esperaba una sorpresa. Resulta difícil de describir la sensación que produce una llamada de Enrique cuando te dice : 

 -No todo van a ser buenas noticias. 

 En el breve espacio de tiempo que transcurre ente está sentencia y la siguiente frase piensas lo peor : - ha detectado un problema estructural, quizás de corrosión. 

 Seguía Enrique: - he abierto un mamparo y me he encontrado un depósito flexible de agua. Está apoyado directamente en el casco. Por encima, no tienen respiros y las conexiones son de manguera de jardín y están dobladas y degradadas. 

 El primer impacto, se sortea. -Bueno, -pienso yo- se trata de hacer unos depósitos nuevos y cambiar las mangueras. Pero el problema siguiente era saber por donde se metían. Sin hacer una cesárea, parecía imposible. ¿habría que desmontar todo el salón ? ¿al final resultaría que acabaríamos desmantelando todo el barco y volviéndolo a hacer de nuevo? Abrir no es tan fácil: cables, tubos de respiro del motor, atraviesan los paneles que hay que cortar. La cesárea requiere la mano experta de un cirujano cuidadoso que además tenga habilidades de contorsionista para culebrear entre los cofres y estructuras del suelo del salón. El problema tampoco se limita liberar el espacio que ocuparán los depósitos, sino a la forma de acceder a este. Hay refuerzos estructurales, hay limitaciones para mover cada depósito hasta ensartarlo en su emplazamiento definitivo. Enrique me va describiendo como hace una maqueta a tamaño real con listones de madera y como cree que debe entrar. No es conveniente usar el espacio que va a ocupar la futura cocina porque si algún día hay que repararlos, estarían confinados. Hay que intentarlo desde el cofre que está debajo de la bañera. Para ello hay que meterlos primero en el salón, después entran en el cofre y finalmente se embocan en el espacio que hay entre el motor y el costado, debajo de salón. Todo un tetris que obliga a Enrique a corregir la maqueta varías veces. 
 En ese espacio de tiempo, los tableros no llegaban. No hacían ninguna falta mientras que no se cerrara ese capítulo, pero psicológicamente yo quería sentir que pasamos a otra fase y la colocación de los primeros paneles mecanizados y lacados en fábrica, parecen significar el paso del ecuador. Cuando vea los primeros descorcho una botella -pensaba. 
 Mientras tanto hemos definido el cuadro eléctrico. Mi colaborador David un ingeniero eléctrico que diseña automatismos complejos para proyectos de altísimo nivel, se lo toma como una diversión y quiere hacerlo muy bien para que quede perfecto, le sea fácil de sustituir a Enrique y no de problemas. Ardo en deseos de ver cuando lo mecánicemos con cada disyuntor en su sitio, con los textos y la organización a nuestro gusto. 
 En la misma línea que David y gracias a la obra del Prometeo puede hablar con Martin para agradecerle su apoyo. Lo de menos es el sistema que sin duda va a ser muy útil. Lo mejor es la oportunidad de conocer a personas como el, a los que mejor encarnan a un marinero esforzado y solidario, volcado en ayudar a los demás - si duda Xan (Hippi)- se merece todos los elogios que le habías otorgado. 
 No hay mal que por bien no venga. Decían los clásicos que las cosas buenas a los malos hacen más malos y las malas a los buenos hacen mejores, Las dificultades, hacen que Enrique se crezca, que se supere sorteando los desafíos. Ahora tenemos un barco con excelente capacidad de combustible y si sumamos los dos tanques de inox y la planta de ósmosis con bomba recuperadora que está diseñando mi hijo, vamos a poder regalar agua a los vecinos en los fondeos . Los entronques quedarán revisados. Nos llevamos las tomas de agua a popa, ponemos respiros y usamos, mangueras de calidad. 
 Además de la electrónica profesional que vamos a montar, Martin nos deja otro recurso muy útil para acceder a la información de navegación desde cualquier punto del barco. 
 Cuando recibí el nuevo indicativo y quise reprogramar la vieja radiobaliza me dijeron. -La marca ha dejado de fabricar baterías para ese modelo, Vaya -pensé- al final tendré que tirarla pero seguía la conversación 
 -Para ayudar a los que tenéis ese modelo, han lanzado un plan renove al que te puedes acoger. Por un poco más que la reprogramación tienes una radiobaliza mejor y más actualizada. Visto así. Va a resultar que poco a poco lo vamos renovando y revisando todo. 
Si nos paramos a pensar - como también vamos a cambiar la mesa del salón - del interior solo quedará el forro de madera, el banco de babor y una parte del suelo... y este también lo vamos a rechapar. Ahora andamos encargando los fregaderos, la cocina nueva y el calentador. Ya tenemos abordo el water eléctrico. 
También ha encargado Enrique a Meta, los ánodos, la patente y la aleta de aluminio para proteger el saildrive. Creo que solo falta por comprar el compresor de la nevera y detalles como el nuevo equipo de música. Pero montar todo eso, va a dar para algunos capítulos más. Surgirán dificultades, pero ya no quedan rincones que oculten más sorpresas.



Por Enrique Pertegás

Habia empezado la nueva fase, ya tenia casi presentada la nueva "L" de la sala, el piso del baño ..



 Perooooooo ... había olvidado que un barco es una fuente inagotable de sorpresas, se me ocurrió mirar por un agujerito que se hizo en la cocina, bajo de la sala y me vi los tanque de agua, mayor chapuza no había visto en mi vida, aparte de ser inchables apenas cabrian 125 lts por banda, cuando se podían haber metido perfectamente 500 lts por banda ¿y que hace Manu si un día le revienta? cosa que mas pronto que tarde ocurriría, ya de por si las bocas de llenado estaban en la sala ¡imagina cuando te desborda! 


Todo el barco esta con manguera de "jardín" que como puede apreciarse se "chafa" 


El tanque de estribor ya vació y el espacio que nos queda para el nuevo, que claro esta no se va a plegar, y tiene que poder sacarse en un futuro por si acaso ...


Para no llevarse sorpresas hay que hacer una maqueta a tamaño real y moverse con ella por los recovecos por los que tendrá que pasar el tanque de inox, tuve que hacer tres maquetas, a 160, 150 y finalmente a 140 mts de largo, así he conseguido la máxima capacidad que nos permite la maniobra que hay que hacer para meterlos en su sitio, había que ir haciendo accesos a proa y popa de los tanques


Antes hay que quitar estos tubos, otra exageración, tres por banda ¡solo para que respire el motor! no he visto un material mas duro ¡joder!


A la izquierda acceso bajo la bañera, por ahí tiene que entrar, a la derecha acceso por dentro, no cabe o cabria mucho mas pequeño, pero el acceso nos sirve para poder atornillarlo por detrás, claro que me he tenido que cargar la cama que iba ahí.


El tanque de babor, el mas complicado de maniobrar bajo la bañera embocado a su nuevo alojamiento, esperemos que el de inox entre igual de bien.


Y de nuevo "edificando" en un barco y mas a flote, no hay nivel, hay que ir a "sentimiento" la única referencia valida es el puntal, en el hay que fijarse para que las piezas queden niveladas



En esa posición hay que recortar y ajustar la pieza, no cabe de otra manera, es lo que tiene trabajar a bordo y en un barco pequeño, ni tan siquiera se puede poner de pie.

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