viernes, 13 de junio de 2014

Eguir 47

El otro día me encuentro con un e-mail que casi borro, en el asunto ponía “Harley” pero por algún motivo lo abrí, me doy cuenta de que no es un correo basura, empiezo a leer, se trata de una persona que me dice que se ha comprado un barco de acero y que me pide consejos para su restauración, adjunta fotos, sin terminarlo de leer me descargo las fotos, ese barco me suena mucho, la foto es bastante buena y le doy a la ruedecilla del ratón, se lee el nombre ¡Suspiro! ¡Es el! No lo había vuelto ver desde que lo vendió su primer armador, lo primero que se me viene a la mente ¿Cómo puede estar así? Casi irreconocible, abandonado, en su día todo el mundo se paraba a mirarlo, a pesar de los pantoques... 



El Suspiro se construyo casi a la vez que el mío y además en Valencia, con una pequeña diferencia, su armador tenia mucho dinero y encargo la construcción a profesionales de primer orden, la pintura la hizo una entonces incipiente empresa de pintado de Palma de Mallorca, que se desplazo a Valencia, creo que solo eso costo mas que mi barco entero, la carpintería la hizo Astilleros Carabal, ya desaparecido, una calidad de primera, en madera y en todo, pero pasados 25años el Simbad esta impecable y el Suspiro hecho una ruina ¿Qué ha pasado? 
 Hay dos elementos que han arruinado al Suspiro, una cubierta de teka atornillada y un aislante de espuma proyectada en su interior, casi seguro que hay un tercero que seria una obra muerta masillada, pero esta ultima aparentemente no esta tan mal, uno se puede preguntar ¿Haciendo el barco profesionales y dirigiendo lo construcción un ingeniero naval, no se sabe lo que hay que hacer? Pues la respuesta es no, tuvimos largas discusiones sobre el tema de la cubierta y del aislante, yo por aquel entonces no tenia ninguna experiencia, pero había leído mucho a los franceses y por lo visto tenia algo mas de sentido común, resumiendo, como en muchos otros casos la cubierta ha ido dejando paso al agua, esta se ha ido introduciendo en el interior, se ha quedado entre la espuma y la chapa y cuando se ha querido actuar ya era muy tarde, se habrá ido parcheando, que es lo que se suele hacer “ Ahora le quito dos tablas de cubierta por las que supura oxido, el mes que viene otras tres” pero no se ataja el problema y cuando se quiere meter mano ya hay que cambiar la chapa de la cubierta entera.


El barco ya descansa en casa de un valiente que va  devolver el barco a 
 su estado y a su medio, el mar, con un ambicioso proyecto de crucero por el mundo, desde aquí ayudaremos en lo que se pueda y os iremos informando de los avances en su restauración.


Detalle en el que se puede apreciar la calidad de los interiores


La espuma proyectada, con el paso del tiempo ha sido como un cancer


Ya lo hemos comentado muchas veces, el aislante se tiene que poder retirar para echarle un ojo y poder actuar si fuese necesario, aquí están los del Simbad, estas fotos no tendrán mas de tres años


 El "Suspiro" con sus miles de agujeros, cada uno de ellos se ha convertido en una herida mortal, la ventaja del acero sigue siendo que quedara igual de bien y de sólido una vez reparado